Las cartas que se escribieron se quedaron solas.
Se secaron mientras el tiempo descosía mi sonrisa. Y cuando abría los ojos para ver otro día se cerraban con dolor los pálpitos de mi corazón.
Dolía cuando sentía el vacío,
Dolía ver en desuso mi amor.
Las risas resonaban en las paredes de mi mente.
Mis ojos lograban memorizarte,
mis oídos podían reproducirte.
Yo podía hacerte ilusión,
podía hacerte irreal,
podía hacer de mi mundo algo coherente si tu imagen permaneciera
podía convertirte en alguién que yo quisiera.
En quién yo quisiera.
Pero aún siendo palpable y existente,
habías logrado desaparecer.
Me habías dejado sola, y yo te había perdido.
Y me había perdido.
La razón que sostenía con ahinco,
todavía permanecía en mis manos...Había permanecido conmigo hasta el final.
Sólo hasta que destrocé lo que quedaba de ella...
Y quedó de ti en mi el vacío.
Los recuerdos se agolpaban en mi cabeza, se cernían sobre sobre ese cárdeno corazón,que mantenía inquieto mi amor. Todo aquello que mantenía vivos los cendales de niebla que atormentaban y molestaban la tristeza de mi soledad.
Todo aquello que se mantuvo en pie durante mi existencia, se disipaba, y moría con la calidez de tu presencia.Y cuando tu desapareciste, yo quedé muerta en vida. En una vida eterna, lenta y constantemente solitaria.
se quedaba inerte en mi cuello.
Su aliento a canela prendía de incienso el ambiente.
Un ambiente que absorbía sus labios.
Unos labios que destruían la razón de mi corazón.